Felices Fiestas Patronales de Citalá
del 30 de Noviembre al 8 de Diciembre
Querido pueblo CITALTECO, que Dios todopoderoso y nuestra Santa Patrona “Inmaculada Concepción de María,” proteja
nuestros hogares, nos llene de muchas bendiciones y nos hagan caminar siempre unidos por el bien de nuestro municipio.
—José Lorenzo Valdivieso Galdámez, Alcalde Municipal de Citalá
Dogma de la Inmaculada Concepción
La Santísima Virgen María, en razón de su dignidad de Madre de Dios, fue, desde el primer instante de su concepción, preservada
de toda mancha del pecado original. Esto supone en María ausencia de pecado, presencia de la gracia santificante, virtudes
y dones y, ausencia de inclinación mal. Por eso también se le llama Inmaculada.
El Papa Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus, del 8 de diciembre de 1854 definió solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción
de María con estas palabras:
“Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante
de su concepción, fue, por singular gracia y privilegio de Díos omnipotente, en previsión de los méritos de Cristo Jesús,
Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios y, por tanto, debe
ser firme y constantemente creída por todos los fieles.”
La “Purísima Concepción” es un privilegio y don gratuito, concedido solo a la Virgen y no a ninguna otra criatura,
en atención a que había sido predestinada para ser la Madre de Dios. Es un favor especial y extraordinario, ya que, según
la ley, por su concepción dentro de la familia humana debería haber incurrido en la contracción del pecado original para,
luego, ser liberada como los demás hombres; pero esto no ocurrió, pues en Ella se realizó de modo distinto.
La creencia en la inmaculada concepción de Maria ha sido una constante entre los primeros cristianos, los Padres de la Iglesia
y el pueblo católico hasta la actualidad.
La Iglesia celebraba una fiesta en honor de la Inmaculada Concepción desde el siglo V en Oriente y desde el Siglo VII en Occidente.
Los Papas Sixto IV y Alejandro VII, entre otros, prohibieron los enseñanzas contrarias a la doctrina de la Inmaculada Concepción.
La concepción inmaculada de la Virgen Maria es un maravilloso misterio de amor. La Iglesia lo fue descubriendo poco a poco,
al andar de los tiempos. Hubieron de transcurrir siglos hasta que fuera definido como dogma de fe.
María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria
pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para
cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en
María se ha realizado ya.
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